Conceptos sobre HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ.
1) De ANTONIO BERISTAIN IPIÑA. Un jesuita
español, autor de muchos libros, conocido a nivel mundial, Director del
Instituto de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de San Sebastián
(España), en el prólogo a su libro Criminología y Victimología, escribió:
“Muchas
páginas escritas por mí han nacido al leer las diversas obras de HERNANDO
LONDOÑO JIMENEZ, por ejemplo, las más recientes: Yo acuso (1996),
La Fiscalía General y el Sistema acusatorio (1995), El Derecho y la Justicia. Análisis de un Penalista (1994), De la Captura a la Excarcelación (tercera edición, 1996), Derechos Humanos y Justicia Penal (1998), Defensas Penales (1996), en colaboración con su hijo
HERNANDO LEÓN LONDOÑO BERRÍO. A HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ lo considero mi
Maestro en todo lo que se refiere a la ciencia y la conciencia jurídica del
continente latinoamericano, de hoy y de mañana…”.
2) DE J. GUILLERMO ESCOBAR MEJÍA, el
humanista, el inmenso orador, el jurista, honra de la justicia colombiana, un
hombre lleno de virtudes, admirado no solo en el Foro sino por toda la
sociedad, escribió:
“Ahora,
cuando escribo, para mi honor, la presentación de su libro Defensas penales, que trae, también como coautor a
HERNANDO LEÓN LONDOÑO BERRÍO, lo evoco en su actitud tribunicia de siempre. Es
alto y atlético, nunca asciende a la escena precipitadamente, se subsume en
unción y recogimiento, porque hay en él algo o mucho de orador místico:
Miradlo, se levanta de su puesto, entrecierra los ojos en poderosa
introspección y con gesto involuntario, une sus manos sobre el pecho, como en
oración, e inicia sus movimientos, en cualquier lugar donde se encuentre,
dándoles solemnidad de actos de catedral. Con esa actitud reconcentrada, así
inicia sus discursos y su rostro está, entonces, transformado y embellecido por
aureolas de severidades espirituales. El auditorio sabe que escuchará cosas
importantes, la atmósfera del recinto (El Tribunal, La Universidad, el Foro y
el Parlamento)) se purifica: ya no admite lo adocenado, lo vulgar. Ahora,
amamos o tememos al espíritu del hombre. Él lo representa porque es apóstol de
sus valores…”.
3) De
JUAN LUIS MEJIA ARANGO, uno de los personajes de mayor cultura de Colombia,
principalmente en el campo literario, un gran humanista, actual Rector de la
Universidad Eafit. En el prólogo al libro Las andanzas de un escritor escribió sobre su autor:
“Detrás de
cada norma debe existir una profunda reflexión filosófica. Y es en este caso
donde encuentro una gran paradoja en el pensamiento de LONDOÑO JIMÉNEZ: es el
más liberal de los conservadores. En efecto, desde su juventud militó en las
filas de ese partido, pero en su vida intelectual ha pertenecido al liberalismo
filosófico, acérrimo defensor de las libertades humanas. Esa posición la ha
plasmado valientemente en hechos concretos como la redacción del capítulo sobre La captura, la detención y la excarcelación en la comisión redactora del Código
de Procedimiento Penal durante el mandato del Presidente Lleras Restrepo;
en la oposición a la extradición durante
la Constituyente del 91; o la militancia en el Comité de Derechos Humanos que
en su momento constituía una sentencia de muerte como lo atestiguan el
sacrificio de compañeros como Héctor Abad Gómez o Luis Fernando Vélez (…)Podría
extenderme en muchas más facetas ejemplares de la vida del Doctor LONDOÑO
JIMÉNEZ. Solo quiero resaltar una virtud que añoramos en estos días: la
estatura moral. Qué falta nos hacen en estos tiempos de incertidumbre hombres
de la talla intelectual y moral como ALFONSO REYES ECHANDÍA, FERNANDO
HINESTROZA FORERO Y HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ. Gracias a sus escritos, podemos
abrevar en esa corriente de pensamiento que defiende la dignidad y la libertad
humana como la más alta de las virtudes humanas…”.
4) De FERNANDO VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, el más grande tratadista de Derecho Penal de América Latina
y uno de los de mayor prestigio a nivel mundial, columnista estrella del
periódico El Colombiano, catedrático universitario,
conferencista internacional, dijo en el prólogo del libro Práctica forense penal:
“El Maestro HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ es
una figura muy descollante del Derecho penal antioqueño que, con sólida
formación intelectual y templanza, inunda la discusión a lo largo de los
últimos sesenta años; así lo prueban sus múltiples libros, conferencias,
columnas periodísticas y artículos en revistas especializadas, en los cuales
difunde su prédica libertaria. También, ha sido un aguerrido abogado defensor y
un muy brillante orador que estremeció a los estrados judiciales, cuando en
Colombia había jurado de conciencia para juzgar ciertas infracciones a la Ley
Penal de la mano del viejo sistema procesal, ese sí de verdad acusatorio para
estos efectos (…). Por eso, hombres como LONDOÑO JIMÉNEZ –quien, como sucedió
con VOLTAIRE en su tiempo, lucha a brazo partido contra las injusticias–
enaltecen al país en momentos en los cuales arrecian el autoritarismo, el
expansionismo penal y el irrespeto a la dignidad de la persona humana, los
cuales debemos combatir provistos de su prédica; y, así sea verdad que como
dice ANTONIO MACHADO, “todo
pasa y todo queda”, también lo es que “lo
nuestro es pasar, pasar haciendo camino sobre el mar…”.
Y en su columna permanente del
periódico EL COLOMBIANO,
escribió:
“Por
estas calendas, hace noventa años (el 24 de febrero de 1924), nació en el
Municipio de Abejorral el Dr. Hernando Londoño Jiménez, quien
con el correr de los años –una vez agotada su formación básica y universitaria
en su gloriosa cuna natal, el Liceo Antioqueño, la Universidad Pontificia
Bolivariana de Medellín y la Universidad de Roma–, estaba predestinado a
convertirse en un brillante y aguerrido abogado penalista encargado de jalonar
el debate en el ámbito de su especialidad, no solo en Antioquia sino en todo el
país, durante la segunda parte del siglo pasado y comienzos del presente.
“Con él
brilla, en los años sesenta y setenta, la institución del jurado de conciencia
cuando descuella como magnífico tribuno y muy reputado orador; cultor del
lenguaje como el que más, ha sido dueño de un discurso muy fino y cuidado. Era
un espectáculo verlo actuar al lado de los grandes penalistas de esa época;
escucharlo en los juicios orales o dando conferencias, a lo largo y ancho del
país, era un honor reservado para pocos…”
“Además
de su actividad profesional se destaca en el campo académico, no solo en la
cátedra universitaria sino a través de sus múltiples obras y artículos en el
ámbito del derecho penal y procesal, las mismas que le dan gran renombre
internacional; como prueba de ello corren publicados cerca de veinticinco
magníficos y brillantes libros difundidos a lo largo de cuarenta años, entre
los cuales se deben incluir las recopilaciones de sus múltiples y valiosas
defensas penales y sus textos literarios.
5) FRANCISCO MUÑOZ CONDE, jurista español, uno de los tratadistas de
Derecho penal que más han enseñado en el mundo, da cursos en la materia en
China y en Japón, terminó así una tertulia con académicos antioqueños:
“Si
tuviera que aconsejar a alguien a quién debería parecerse, le aconsejaría que
se pareciera a HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ.
6) De ÓSCAR VELÁSQUEZ TAMAYO, escultor famoso, de pensamiento profundo, un
editor que se ha dado el hermoso lujo intelectual y espiritual, –único en el
mundo–, en publicar, con riqueza editorial, cada año, dos grandes obras clásicas
de la literatura universal, sin destino comercial, sino para las bibliotecas, clientes
y amigos, dijo lo siguiente en el prólogo Cuentos y estampas costumbristas:
(“…Y es precisamente su condición de
Jurista, Escritor y Periodista, lo que lo convierte en explorador de lo que se
oculta detrás de las tablas desgastadas de lo cotidiano, lo que le permite y
justifica su protagonismo en la comedia humana, a la luz de una motivación
interior. Aquí cabe señalar uno de los puntos más importantes de este gigante
del Derecho, de la filosofía y de la literatura: el análisis de la capacidad
creadora, no solo en sus puntos de aproximación, sino en sus divergencias. Él,
busca la luz en su pensamiento y vive con el fuego de la fiebre, entregando su
corazón entero e inflamado, sin faltarle nunca la conquista del interés ni de
la curiosidad. De HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ, no se puede hablar, porque si de él
se escribiesen muchos libros, quedaría lo más por decir. De mi alma en el más
profundo centro, durante mil y una noches, podría hablar del doctor LONDOÑO JIMÉNEZ, de su vida, de sus
defensas, de sus libros…”.
Y
del prólogo al libro Los
inmortales:
“Es explorador. Ha pasado buena
parte de su vida viajando por lugares de este mundo donde la comprensión humana
adquiere otra dimensión. Siendo hombre con abundancia de pensamientos, nunca es
tedioso, siempre sincero y posee el genio de hacer que el lector se interese
por todo lo que a él le interesa. Habla con agudeza, conoce el mundo y los
libros y sobre todo a sí mismo. No hay con él debilidad. Le gusta sentirse en
suelo firme y con las piedras bajo sus pies. Ha hablado sabiamente y ha dado la
expresión justa y permanente de la inteligencia humana sobre la conducta de la
vida…”.
7) De RICARDO MEJÍA, distinguido funcionario de la Fiscalía General de la Nación, escribió en la dedicatoria al
libro De Senectute de NORBERTO BOBBIO, ilustre
pensador y gloria de la Filosofía del Derecho:
“Tanto usted, doctor LONDOÑO JIMÉNEZ, como el
italiano NORBERTO BOBBIO, han vivido una vida consagrada al derecho, y a ambos
les ha correspondido hacerlo en patrias sumidas en una gran degradación en
todos los órdenes. Sin embargo, ustedes han logrado el respeto y la admiración
de todas las generaciones que los han conocido como hombres incorruptibles e
intachables”.
8)
De
RICARDO MOLINA LÓPEZ, ilustre
abogado penalista, catedrático y autor de obras jurídicas, dijo en el prólogo
al libro
El banquillo de los acusados:
“La obra que ahora nos ofrece el Dr. Hernando Londoño Jiménez nos colma de alegría a aquellos que
vamos siguiendo las huellas de los grandes maestros, porque vemos claro el
norte aun cuando en algunos sectores de nuestra sociedad va creciendo la
oscuridad.
“Por todo ello hay que agradecer al autor, un verdadero
elegido de la vida, egresado ilustre de la Universidad Pontificia Bolivariana,
defensor de los derechos humanos y, sobre todo, abogado, porque con sus
profundas experiencias y maestría dedica tiempo a sembrar semillas de esperanza
en la humanidad, para que algún día el proceso penal sea por fin un instrumento
de civilidad”.
9) De DELFÍN ACEVEDO RESTREPO,
escritor, Director de la ESAP,
Rector de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá, ha sido
columnista en los periódicos El Colombiano, La
República y El Mundo, concejal, diputado
y representante a la Cámara, condecorado por varios gobiernos por su meritoria
obra cumplida en los altos cargos desempeñados en la administración pública,
escribió en el periódico El Mundo:
“Por las venas del abogado HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ circula la sangre de
ese grupo robusto de recios montañeses de ruana y carriel, machete al cinto, el
perro guardián, compañero inseparable y el hacha amarrada en las enjalmas de
las mulas de carga, para conformar un entorno racial que es hoy motivo de
admiración para propios y extraños.
“Desde un principio se sintió atraído por la actividad
política, hizo parte de los comandos de juventudes; participaba diligentemente
en los distintos movimientos estudiantiles, mostrando siempre su condición de
líder y con una envidiable vocación periodística, sostuvo durante mucho tiempo
sus columnas semanales en el periódico El Colombiano.
“Cuando había consolidado ya su prestigio como
abogado, después de un largo período de ejercicio profesional, decide viajar a
Roma a adelantar sus estudios de especialización. Con sus ahorros de toda la
vida y un préstamo otorgado por el Icetex emprende su periplo a la ciudad de las siete colinas a adelantar su
posgrado en Derecho Penal y Criminología. Su especialización la termina en un
tiempo menor al que tenía programado y en la patria de Francesco Carrara y
Enrico Ferri, máximos pontífices del derecho penal en Italia, tuvo el
privilegio de ser alumno del maestro Benigno Di Tulio, la más grande gloria de
la psiquiatría forense…”
“De
regreso al país se reintegra a su oficina de abogado, conquistando cada día
nuevos y resonantes triunfos, pues a sus conocimientos jurídicos agregaba los
atributos de un vibrante orador.
“Finalmente,
es elegido como miembro de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el
Presidente César Gaviria para aprobar la Constitución Nacional de 1991 que
actualmente nos rige...”.
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